Para la activación de Lanjarón en distintos enclaves de Andalucía, se diseñaron una serie de esculturas florales de gran escala, concebidas para integrarse visualmente en paisajes urbanos y naturales emblemáticos, como el entorno de la Alhambra.
Cada pieza fue fabricada en EPS (poliestireno expandido) de alta densidad, un material ligero pero volumétrico que permitió esculpir formas orgánicas y detalladas. Posteriormente, se aplicó una capa de poliurea, proporcionando un acabado duro, liso y apto para exposición exterior. El colorido intenso se logró mediante pinturas de poliuretano bicomponente de alto brillo, asegurando durabilidad y visibilidad, incluso en condiciones nocturnas con iluminación.
Las esculturas, que representan flores como la amapola, la manzanilla o el narciso, se asentaban sobre bases que simulaban roca natural, reforzando el vínculo de Lanjarón con la pureza, la naturaleza y el entorno de Sierra Nevada. Un proyecto que fusiona arte, técnica y storytelling de marca en el espacio público.